Ash Hiddlestone

Control Nivel 1 ó modo Luminoso: No requiere esfuerzo alguno de su parte, es el típico fuego que puede utilizar normalmente para encender un cigarro o dibujar formas en el cielo. Como es modo pasivo, no lastima a las personas que lo tocan. Aunque es inofensivo, aún así sirve para ahuyentar a algún que otro tonto y puede encandilar a sus enemigos.



Control Nivel 2 ó modo Lava: Este sí que es peligroso, es el fuego que quema y derrite. En todos sus años de práctica, ha conseguido darle forma, y puede convertir la lava en objetos mortales que ella misma puede manejar. Si este modo se mantiene por mucho tiempo en uso, se puede pasar al modo fénix rápidamente.



Control Nivel 3 ó modo Fénix: El modo más peligroso, es en el que Ash logra fusionarse con el fénix que despierta desde adentro suyo. Un modo muy efectivo para batallas mortales, pero riesgoso en el sentido de que aún no conoce el modo de volver a la normalidad sin desmayarse o perder trozos de su memoria. En este modo puede volar, puesto que le crecen alas de fuego de su espalda.

Hace aproximadamente 1000 años, en Egipto, nace Ash, hija de una de las dos familias más adineradas y con más poder en todo Egipto. Cuando su padre cayó enfermo y finalmente murió, su madre tomó el mando de la familia y los frecuentes confrontamientos con las otras familias fueron inevitables, ya que no era lo común que una mujer dirigiera una familia tan importante, no estaba bien visto. Aún así, tuvo una infancia bastante tranquila. Ella era muy introvertida y amable, a pesar de que su madre ocupaba un cargo aristocrático y su hija era tratada como una reina, nunca se comportó como una persona soberbia. Fue una buena niña.
Los años pasaron apresuradamente, la relación con las otras familias seguía tirante, hasta que ya no dio para más y uno de los hombres de la familia decidió llegar a un acuerdo de paz si la madre de Ash se casaba con él. Su madre y ella lo odiaban, el tipo había sido el mejor amigo de su padre, pero era un infeliz, una persona que no sentía compasión por los demás, los que eran inferiores a él en cuanto a clase social, una basura humana. Pero su madre fue demasiado noble. Todo sea por la seguridad de su propia familia y de todo Egipto. Solo era un contrato de paz, así que accedió.
Lo que ella no sabía, era que todo fue un engaño, este hombre había matado a su propio padre y ahora que se había casado con su madre, planeaba destruir su familia y todo a su alrededor. La guerra estallaría y correría mucha sangre.
Al enterarse de este terrible secreto, Ash no encontró otra opción que consultar al brujo ermitaño que vivía en las cavernas. Para llegar tuvo que estar caminando 7 días por el desierto, 7 interminables días. Al llegar, la caverna no parecía una caverna en lo más mínimo, bueno, sí por fuera, pero por dentro era una inmensa biblioteca con cajones escondidos entre los libros. Ash se creyó casi muerta, apenas tuvo fuerza para levantarse del suelo y explicarle qué es lo que estaba sucediendo al brujo, solo se limitó a darle unas barras de oro y esperar que un genio salga de una lámpara o algo por el estilo.
El viejo se guardó los lingotes de oro en el bolsillo y se dio vuelta. De uno de los cajones escondidos sacó un baúl en miniatura, uno con un candado irrompible, de esos que según cuentan, son forjados por los dioses. Lo colocó sobre la mesa. Luego abrió otro cajón, uno muy peculiar del que caía arena constantemente. El brujo metió su brazo hasta el hombro dentro del cajón y buscó, de ahí sacó la llave con la que después abriría el misterioso baúl.

“Si deseas asegurar la paz de tus seres queridos, deberás convertirte en la protectora máxima, la que con la mirada puede alejar a sus enemigos, encendiéndolos en llamas.”
“¡Si, eso quiero!” Exclamó Ash con cierta impaciencia.
“Pero el precio de este increíble poder es grande. ¿Estás segura que podrás soportar cargar con esto?” señaló el viejo.
“Puedo hacerlo.” Ella siempre, en el fondo, había deseado ser fuerte.

El anciano metió la llave en el candado del baúl y la giró, al abrirlo, una misteriosa corriente recorrió la habitación y el ambiente estaba expectante. Del baúl sacó una botellita del tamaño de un dedo pulgar.

“No acepto reembolsos.” Y al decir esto, le entregó el elixir en la mano a la chica.

Ash movió la botellita de un lado al otro, sin despegar la vista. Dentro se podía ver un líquido brillante y espeso del color de la lava. Sin dudarlo, abrió la tapita que mantenía el elixir dentro y se lo tomó. Después de eso, todo empezó a dar vueltas y cayó al suelo.

Más tarde se despertó con el gruñido estruendoso de un ave resonando en su cabeza. Era extraño, porque lo único parecido a un ave que andaba rondando cerca eran los cuervos carroñeros, y no se parecía en lo más mínimo a lo que había escuchado anteriormente. Aún así, nada fuera de lo común. Estaba en medio del desierto, en el mismo lugar que antes, pero la caverna ya no existía. La arena azotaba en su cara y le hacía picar los ojos. Se levantó, completamente renovada, no tenía una sola gota de cansancio.

En 7 noches volvió a su hogar. Este no estaba más que devastado. La guerra había comenzado hacía muchos días atrás, su madre había muerto de tristeza y ella no había podido hacer nada.

Entre llantos, sintió que la ira la consumía, y fue en busca del asesino, el hombre que se había casado con su madre. Ya nada tenía sentido, pero necesitaba de alguna forma algo con qué descargar su ira, y este hombre era el único culpable.
Lo halló y se vengó de él, usando los poderes que el elixir le había dado, esto no le costó para nada. De hecho, ella no era la que manejaba el fuego, el fuego ahora la manejaba a ella. Ella era el fuego, se había convertido en un fénix, y ya no era humana en lo más mínimo.
Luego de esto, perdió la conciencia y recobró su forma física, pero había olvidado todo por completo. Sabía que había matado a alguien, y porque lo había hecho, pero no recordaba el rostro de su madre, ni su propio nombre.
Escapó de Egipto, después de todo, ya no existía lo que la mantenía atada a este lugar. Su hogar había desaparecido y su madre había muerto. De esta forma continuó vagando por todo el mundo, estudiando con los mejores maestros y adquiriendo diferentes habilidades relacionadas con su nuevo poder.
Ash hasta ahora ha tenido muchos trabajos. Desde jardinera en mansiones aristócratas en Inglaterra, hasta caza recompensas. Trabajos que la han dejado en una posición social estable. Además, cuenta con la nunca olvidada reputación de su familia.


En la Actualidad, Ash estuvo viviendo en Irlanda, bajo el apellido ‘Hiddlestone’, haciéndose pasar por una humana y viviendo en completa calma. Pero hace poco ha recibido una carta anónima, dentro solo había una foto, la foto de aquel hombre que conoció en Egipto hace 1000 años. Puede que él nunca haya sido humano, otro engaño más, ¿Quién sabe?
Es por eso que, ahora en el 2030, ella se encuentra en la ciudad de Nueva York, porque es ahí donde él se encuentra y aún continúa buscándolo.